Bernt Aasen es el Director Regional de Unicef para América Latina y el Caribe y realiza un interesante análisis acerca de la situación actual de la educación en la región. Un poco acotada, pero hay buenos datos.
A través de una editorial presentada en el diario El Universal del Distrito Federal de México, resalta algunas cuestiones negativas como los 4,2 millones de niños/ñas que están fuera del sistema educativo y por otro lado pondera el 95% de escolarización primaria alcanzado en nuestros países, muy cercano a la tasa de los países centrales.
El artículo está bueno porque arroja algunos datos desconocidos. Es una mirada general que no dista mucho de lo que sucedió y sucede en nuestro país y en la mayoría de los países de nuestra América Latina. Al fin y al cabo el zarpaso neoliberal actuó al mismo tiempo, sincronizadamente con las mismas herramientas e iguales objetivos en toda esta región.
Si hay algo que "reconocerle" al menemato de los '90, sin dudas fue la extensión y masividad de la escuela primaria, llamada pomposamente por estos lares como Educación General Básica. Pero bueno, esto que a prima facie pareciera que es beneficioso, en el fondo e hilando fino no es tan así. Una alta "inclusión", en términos numéricos no pedagógicos, más que mejorar al sistema y a la sociedad toda, más bien la empeoró. El crecimiento de la matrícula no fue acompañada con más y mejor infraestructura edilicia y tampoco con la inserción de nuevos profesionales que atendieran dicha demanda. No ha sido casual. Tampoco producto de la improvisación. No hay nada de ineptitud. Legiones de semianalfabetos y analfabetos totales es parte del diseño de la educación de los '90 que respondió claramente a una política ideológica-educativas que entronca con la idea de retrotraer y profundizar un modelo de país subdesarrollado y dependiente, en línea con los intereses de las potencias centrales, sobretodo el de los EE.UU.
Esta rabiosa "inclusión" ha puesto prácticamente en crisis a todo el sistema educativo argentino y no es que uno no quiere a todos los pibes y pibas dentro de las escuelas, basta ver lo que sucedió al cabo de 12 años de aplicación de la Ley Federal de Educación en la cual la masividad, paradójicamente, actuó negativamente.
Hoy se quiere volver al viejo sistema educativo que teníamos antes de los '90. Pareciera que volver a él, será la tabla de salvación para todos los males que aquejan a la educación argentina. Aquel sistema, el de los '90, llenó de incertidumbres a los jóvenes de nuestro país y les dio certezas por supuesto. Les garantizó y los condenó a engrosar las filas de millones de desocupados que pulularon por estas pampas. Precarizados sin calificación alguna terminaron quedando a merced del dios "mercado" que los vapuleó a diestras y siniestras, marchando a la cabeza el trabajo infantil.
Una nueva reforma alumbra. Los gurues del neoliberalismo salvaje y al teoría del derrame, ya no están. Hay esperanzas en la gente que las cosa cambiarán, deben cambiar. En el artículo de marras hay un poco de esto.Si queres seguir leyendo, acá lo tenes y saca tus propias conclusiones.