
Intentaré desde este sitio plasmar aquellos hechos y situaciones que a diario se dan en mi ciudad, en mi provincia y en mi país, considerando y exponiéndolos públicamente. Darle el espacio y la difusión que no tienen en los grandes medios concentrados de la comunicación.
Partimos de la premisa irrefutable que nadie tiene la verdad revelada. Que esa realidad es esquiva, difícil y amañada de comprender por la carga de subjetividad que conlleva desentrañarla y escudriñarla. Hoy se hace necesario contrapesar, en aras de esa verdad "objetiva", la brutalidad de la información direccionada. Un principio de acción son aquellos cientos y miles de miradas que hoy comienzan a comprender que sus oídos, vistas y cerebros estaban (están) siendo formateados por la mass media comunicacional argentina. Cada una de esas partecitas que hoy han decidido descorrer el velo, por que están las condiciones dadas, nos ayudarán a aproximarnos y a comprender determinados hechos sociales, políticos, económicos y/o culturales que permanecían ocultos. Es el platillo de la balanza que busca su equilibrio justo. Indudablemente, que si recorremos ese camino teniendo como base irrenunciable el ejercicio pleno de la libertad, nos terminará elevando como individuos y como sociedad.
En mi país por ciento de décadas esto no ha sido así. La verdad durante largos períodos, incluso el actual, ha sufrido la apropiación, acaparamiento y propalación de una "verdad" presentada como santuario irrefutable por los grupos concentrados del poder. En el marco de un modelo ideológico que determinó los intereses sectoriales de un país para pocos, esa "verdad" ha actuado como narcótico. Rabiosamente y de espaldas a las mayorías, muchas veces fue impuesta a sangre y fuego.
Dos hechos de extremada importancia están sucediendo por estos lares, en línea con la necesidad de profundizar nuestra democracia desde la dimensión comunicacional. El primero es la irrupción de Internet (banda ancha) en las capas más bajas de nuestra sociedad. Impensado hasta no hace mucho tiempo. Esto no ha sido una concesión graciosa, sino la decisión y las políticas activa de este gobierno que tiende cada vez más al mejoramiento de las condiciones económica para todos. Reconocido por derechas e izquierdas. Sectores de la sociedad a los que se les vedó permanentemente el acceso y consumo a todo tipo de bienes culturales diversos, hoy gracias al ascenso social que este modelo permitió tienen la posibilidad concreta de participar en el inmenso campo comunicación y con oportunidades ciertas de incidir en él. Ver, analizar y contrastar diversidad de voces y de enfoques, aun las de los que han dominado ferra y antidemocráticamente el escenario, nos permite enriquecernos para formarnos nuestra propia subjetividad de las cosas. Es saludable que sea así, porque nos retroalimenta en función de reelaborar y construir una realidad que es compleja. Para poder ser reflexivos y críticos necesitamos de ese mosaico de opiniones. El unicato informativo, asfixia y corroe los cimientos mismos de la democracia. Es contraria a ella.
En segundo término, el estado argentino avanza sobre una de las reparaciones histórica que se reclamaba desde el advenimiento mismo de la democracia: la eliminación de la Ley de Radiodifusión de la dictadura por la ley 26522 de Servicios Audiovisuales. Por supuesto que no es nada fácil. Los intereses que se tocan reaccionan con virulencia y no escatiman operaciones de todo tipo para voltearla. Una campaña aceitada con mucho dinero, acciona sobre personas e instituciones con el afán de demorar la aplicación de la misma y no les va nada mal. Son faros en esta lucha los diarios La Nación y principalmente Clarín.
Esta Ley fue sancionada y promulgada el 10 de octubre del 2009 y aun hoy se espera la determinación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que dirima sobre algunas cuestiones planteadas por los grupos concentrados.
Debo ser claro y consecuente con lo que me he prefijado para este Blog. Esta ley bien a poner en su lugar muchas cosa, pero no todas. Para que el éxito sea completo y se termine de enterrar de una buena vez y para siempre una de las armas predilectas de la dictadura más sangrienta que recuerde la historia de la Argentina, hay que ahondar y profundizar esta acción y otras para darle sustentabilidad y credibilidad en el tiempo. A nadie escapa que la mayoría de los jueces y juezas que hoy están en funciones, simpatizaron con la dictadura o directamente fueron funcionarios de la misma avalando la masacre de los 30.000 desaparecido, por acción u omisión. Estos funcionarios actúan hoy como frontones y danzan conjuntamente con la oposción la "bailanta" de cautelares que crearon para detener esta herramienta de la democracia.
No estoy de acuerdo con todo el articulado de la Ley. Pero es un paso adelante. No hay que andar con medias tintas: es buena porque rompe con el monopolio de la palabra. Es buena por que cercena la matriz de los grupos concentrado como Clarín y La Nación. Es buena porque democratiza el precio del papel para todos los diarios de la Argentina. Justamente esos dos diarios son los dueños de la única fabrica productora de papel de la Argentina. Una ignominia a 27 años de democracia.
Por último, quiero decir que en este Blog verán reflejadas todas esas cuestiones que explicité más arriba, pero no sería yo si me sustraigo a mi profesión de docente. Por lo tanto ahí también terciaré por la verdad. Mi verdad. Una verdad que buscará encontrar una síntesis en el nuevo escenario que se abre. Esa verad que nos libera. No podría soslayar los cientos de hechos que a diario se dan en las escuelas y tras las paredes de ellas. Como docentes sabemos que la escuela es una construcción social, que no está aislada del conjunto, que lo que sucede fuera de ellas repercuten enormemente como caja de resonancia dentro de las instituciones educativas. Por lo tanto, también ahí propiciaré para que lo oculto aparezca.
Exponerme en mi totalidad. No escindido. Tal cual soy. Como vivo y pienso todos los días en el marco de este maravilloso país en el cual nací, será mi objetivo central. Espero lograrlo.